Si te estás haciendo esa pregunta, es muy probable que encuentres defectos en la página web de tu empresa o asociación. Quizá el diseño necesite una revisión o la página requiera un enfoque diferente. En cualquier caso, siempre debes tener en cuenta que la web es tu principal huella en internet. El sitio de referencia en el que recaerá cualquier persona que esté buscando información sobre ti.
Tres cuestiones para salir de dudas
Hoy en día, la mayor parte de los usuarios acceden a la red a través de dispositivos móviles. ¿Estás preparado para ello? Que tu web no sea ‘responsive’ es una razón de suficiente calado como para decidir cambiarla. Desde que Google modificó su algoritmo para penalizar aquellas páginas sin adaptación de diseño al móvil, infinidad de empresas han experimentado una merma de su visibilidad en internet.
Si aparecer bien arriba en Google no es un motivo suficiente para modernizarte, quizá sí lo sea la integración de las redes sociales al nuevo diseño. Twitter, Facebook, LinkedIn, YouTube, Pinterest… cada una es un mundo diferente, pero todas ellas comparten un único objetivo: que tus contenidos lleguen mucho más lejos. ¿Y eso es importante? Sí. Eso es esencial, porque cuanto mayor número de visitas consigas, más posibilidades tendrás de atraer nuevos clientes. Estos son algunos ejemplos de redes integradas en la web:
El tercer motivo para renovarte es el tiempo de carga de la página, que puedes comprobar con alguna de estas herramientas. Los usuarios nos hemos acostumbrado a la velocidad. La red es un sinónimo de inmediatez, así que cinco segundos para visualizar una web ya es una eternidad. Por eso, si tu página anda a paso de tortuga, desesperarás a tus clientes, que se marcharán sin encontrar lo que buscaban.
¿Es necesario un cambio radical?
Es probable que a estas alturas solo te estés planteando cambios superficiales en el diseño. Pero ¿serán suficientes? Realizar ‘ligeros ajustes’ puede conllevar más trabajo que repensar la web desde el principio. Un nuevo enfoque siempre supone una brisa de aire fresco, un empujón que lanzará hacia el éxito las relaciones con tus clientes en internet.
Si ya te has decidido a dar el salto, no te olvides de exigir que tu nueva web sea rápida, moderna, intuitiva y sencilla. Las personas que la visiten deben sorprenderse con el diseño, interesarse por el contenido y apasionarse con tus productos.