AI planificando y creando contenidos para redes sociales

El futuro de las redes sociales a partir de la inteligencia artificial

La inteligencia artificial (IA para los amigos, AI si hablas inglés) está de moda. Todos tenemos una idea de lo que, más o menos, quiere decir pero no somos conscientes de la revolución que va a suponer para nuestra vida, incluidas las redes sociales.

La inteligencia artificial en sus diversas aplicaciones puede cambiar desde nuestra forma de viajar, hasta la información que nos llega o lo que comemos. ¿Cómo no iba a cambiar las redes sociales?

¿Qué tiene que ver la inteligencia artificial con las redes sociales?

El término inteligencia artificial fue usado por primera vez en una conferencia del informático John McCarthy en los años 50. Aunque al que se considera realmente padre de la inteligencia artificial y la computación como la conocemos hoy, es Alan Turing.

En aquella época no existían las redes sociales, pero ya en su momento se comienza a reflexionar sobre la posibilidad de máquinas inteligentes y es lo que hace posible los resultados que tenemos hoy. De aquellos primeros esbozos a nuestros días, no pocos han sido los hitos conseguidos… así como los que quedan por delante. Pero a día de hoy, podemos decir que ya contamos con ordenadores capaces de aprender por sí mismos y resolver problemas complejos. 

Y ahí es donde está lo más interesante: Que los ordenadores sean capaces de hacer/resolver cuestiones por su propia cuenta puede agilizar muchas de las cuestiones que hoy día nos importan. Y si algo nos da quebraderos de cabeza son las redes sociales. Realmente no son espacios complejos donde realizar tareas imposibles, pero sí necesitan de nuestra atención, creatividad y tiempo de forma inagotable y eso no ha escapado a la vista de nadie.

Así que hoy abordamos las posibilidades que plantea la inteligencia artificial de cara a las redes sociales y nuestro papel dentro de esta estrategia. 

La inteligencia artificial aplicada en redes sociales ¿qué esperar?

A día de hoy son muchas las noticias y experiencias que se comparten sobre inteligencia artificial (IA). Quizás por eso compartimos nuestra reflexión sobre aplicaciones y contextos donde es predecible verla en breve (si no la estamos viendo ya). 

Para acotar un poco más esta síntesis, nos centramos en cómo la inteligencia artificial afectará al marketing en redes sociales y lo que suponen para nosotros, y lo hacemos con los 5 campos que nos han parecido más interesantes

  1. Creación de contenidos.
  2. Innovación en las redes sociales.
  3. Automatización.
  4. Oportunidades para los más pequeños.
  5. El papel de los humanos.

1. Creación de contenidos inteligente

Es inevitable que la combinación redes sociales e inteligencia artificial nos resulte interesante por sus implicaciones en:

  • Creación de textos e imágenes
  • Dinamización de comentarios
  • Creatividad

Si algo necesitan las redes sociales es constante contenido. La vinculación entre marca y usuario se consigue mediante la publicación periódica de experiencias. De modo que si estudiamos las cuentas con mayor número de seguidores, observaremos también que son las que mayor frecuencia de publicación tienen. 

Esto nos lleva a un trabajo frenético de generación de imágenes, textos, vídeos, ediciones, producciones, o incluso inventivas nuevas para poder llenar todos esos huecos (no en vano surge la figura del creador de contenido como una profesión más de nuestros días). 

Y aquí es dónde entra en juego la inteligencia artificial. ¿Por qué no plantear las bases para que sea una máquina quien genere contenido de interés? Tenemos los datos: los incontables número que nos arrojan las estadísticas de redes y tenemos programas o algoritmos que saben lo que más interesa a la audiencia. ¿Quién mejor que los propios “cerebros” que manejan estas cuestiones para dilucidar la solución? Un contenido ideal en tiempo y forma.

Creación de textos e imágenes.

Textos creados por Inteligencia artificial (AI) que son trending topic. 

O imágenes que parecen verdaderas obras de arte. 

La creación de textos no es tan orgánica o ingeniosa como la humana, pero sí que es muy eficaz. Con listados o recopilaciones los ordenadores ya son capaces de editar contenido interesante para las audiencias. Lo hemos visto en distintos canales o incluso probado con apps al alcance de cualquiera. 

Sin ir más lejos, en Dall-e puedes probarlo tú mismo, y crear imágenes que sólo están en tu cabeza o que ni siquiera nosotros sabemos claramente aún como son. Estos programas ya son capaces de dar forma a nuestros ingenios con resultados bastante aceptables.  

Dinamización de comentarios.

Y si son capaces de crear textos extensos o interpretar nuestras ideas gráficas… ¿por qué no van a ser capaces de dinamizar conversaciones? A veces solo se necesita una chispa, que incite a seguir la conversación. Un comentario señalando cierto aspecto o sumándose a una tendencia… Es un trabajo sencillo que puede desencadenarse a raíz de una acción. Justo como ya hacen muchos otros programas informáticos. 

En este supuesto, imaginamos hasta cómo esa inteligencia artificial podría  moderar conversaciones o debates… Y con moderar nos referimos a guardar ciertos márgenes fijados de educación, respeto, o agresividad, mal uso… En redes sociales abundan los perfiles que sólo trolean o incordian a marcas o usuarios. Qué ideal sería el escenario en el que un software detectase (o incluso registrase) y directamente los señalase como tales.

En este punto y visto lo que estos programas son capaces de hacer ahora (quién sabe en unos años) se podría decir que abrimos un nuevo espacio de creación.

Seremos más creativos de lo que somos, más ingeniosos de lo que somos y tan originales como el software que elijamos utilizar

Adiós a los copys. Adiós a los bancos de imágenes. Adiós a incontables horas creando contenido que intente reflejar tu marca, tus valores, tus intenciones y los productos en “la publicación perfecta”. Doble clic en el programa y a esperar. Esto no implica que nuestro papel sea prescindible, nada de eso, pero cambiaría nuestra forma de utilizar las redes sociales, sobre todo de forma profesional, esta claro. 

2. Innovación en redes sociales

Y si algo hemos aprendido de las redes sociales, así como del mundo digital, es su constante cambio. Un entorno que crece a velocidad 5G y nos ofrece nuevas oportunidades a cada paso. Y eso implica también tendencias, cambios e innovación. 

Podría llegar a tener aplicaciones de cara a: 

  • Identificación de tendencias
  • Estudios de mercado
  • Usuarios artificiales

La inteligencia artificial y las redes sociales hacen un mix interesante. Sobre todo en cuanto a qué innovaciones incorporaría una máquina capaz de plantear problemas y soluciones por sí misma. Con el análisis de ingentes cantidades de datos y actualización constante… Está claro que serían capaces de predecir las tendencias de forma más acertada. Seleccionar o incluso sugerir cambios o contenidos en función de determinadas variables: tendencia + sector + producto ó público + precio + red social .

Estudios de mercado o testeo de usuarios por redes sociales.

Y si interesantes son las propuestas que una máquina de inteligencia artificial nos podría ofrecer, no menos interesantes son las aplicaciones en interpretación de datos y predicción. Imaginemos una aplicación de inteligencia artificial que mediante pequeños testeos a usuarios reales, nos afine y ofrezca la mezcla perfecta para productos futuros, contenido o incluso experiencias. Con estos avances sería extremadamente fácil hacer esos pequeños estudios de mercado.  Mediante simulaciones o propuestas a los propios usuarios dentro de las redes sociales y ver sus reacciones y aprender de ellos. 

Podríamos llegar a ofrecer a la propia inteligencia artificial como atractivo propio. ¿Quién no ha jugado alguna vez a tener conversaciones con SIRI o con ALEXA? Y ha disfrutado de su “limitado ingenio”.

Perfiles inventados con contenido inventado… un metaverso en versión beta.

3. Automatización mediante inteligencia artificial: más alcance y mejores resultados

La programación de redes sociales al nivel al que la mayoría de empresas o usuarios las utiliza hoy es muy básica. Se centra simplemente en crear el contenido y posponer su exposición pública a otro momento. 

La selección de ese momento podría no depender de nosotros, de cómo entendemos que debe hacerse, sino que se produjera gracias a un software de inteligencia artificial (AI) que coteja datos, contenido, actualidad de la propia red social o interés de usuarios…para determinar cuál sería el momento ideal para lanzar ese contenido. Los resultados podrían ser notablemente mejores. 

Una programación optimizada de contenidos, con sugerencias de próximas publicaciones, como podría hacer un consultor. Siempre en base a datos, el deep learning aplicado a contenidos.

Pero vamos un poco más allá…

Pensemos ahora en una partida de ajedrez frente a un ordenador ¿Crees que ganarías? Es posible que en muchos casos la computadora nos pasara por encima y nos venciera una y otra vez. La inteligencia artificial ha avanzado de tal forma que ha permitido que hagan grandes jugadas y puedan ser contrincantes dignos para grandes maestros. Este avance no fue así en su inicio, ha costado tiempo, pero hoy es una realidad. 

Esta analogía nos sirve para pensar en otras tareas que necesitan de reflexión o estrategia, pero que por su trascendencia, frecuencia o formato podrían ser automatizadas. 

¿IA publicando en tu Instagram?

En el caso de las publicaciones en redes sociales. ¿Podría la inteligencia artificial llegar a publicar por nosotros? Si son capaces de adaptar textos complejos a textos más sencillos entendibles por niños, o capaces de crear imágenes que antes no existían… ¿Por qué no ser capaces de crear pequeñas piezas de contenido para redes sociales?

Las redes sociales en piloto automático, el sueño de cualquier community. Pero no una automatización mecánica o repetitiva sino una automatización inteligente. Adaptándose a cada situación, a cada usuario, a cada contexto. Justo lo que hacemos las personas. Justo para lo que se ha generado la inteligencia artificial, para reaccionar y adaptarse más allá de un programa informático. 

Propongamos un escenario no tan lejano: le indicamos a nuestra IA que queremos publicar en Instagram una vez al día, con imágenes de aventura y deportes de riesgos y textos motivacionales que inviten a practicar deportes para los que van a encontrar todo lo que necesiten en mi tienda online. Esto no significa una desconexión completa por nuestra parte, sino, un papel diferente. Como hemos visto en otros momentos de la historia, dejamos tareas rutinarias a las máquinas y nos centramos en la parte más humana y de control. 

Desde hace algún tiempo la inteligencia artificial es capaz de hacer propuestas relacionadas con materias cada vez más creativas, y esto abre un campo enorme para su implementación. Seguro que no será como la interacción humana. Pero eso no significa que sea peor. Será diferente, pero como esbozaba en películas como “Her” (2013) la interacción con la inteligencia artificial es cada vez más natural y abre espacios interesantes para su desarrollo.

Imagina que ya no solo se ciñe a publicar, sino que la computadora es capaz de gestionar también la comunidad a nivel de dinamización. En ese futuro posible, le indicas a tu IA que responda cada comentario con respuestas en todo positivo e incluso invitando al debate con nuevas preguntas. Y mientras se genera debate, asistes desde la tribuna para reforzar a los usuarios.

Si la inteligencia artificial es capaz de generar imágenes a partir de instrucciones, porque no desencadenar una «reacción» frente a unas condiciones (si publica mi amiga Laura, sale su rostro y sonríe, marca «like»). No sería tan descabellado. 

4. Oportunidad para los más pequeños

La capacidad para diseñar implementaciones reales de esta tecnología es ilimitada. A cada reto de hoy se le ofrece una oportunidad para mañana.

La gran duda es cuánto falta para que todo esto llegue al grueso del público. Hasta que esta inteligencia artificial de la que ahora oímos hablar se democratice con precios accesibles y se convierta en una realidad de toda empresa por pequeña que sea. 

En ese escenario, no será tan difícil ver cómo tareas diarias se ejecutan con herramientas complejas de inteligencia artificial o deep learning. Que abren incluso más posibilidades de las que teníamos antes de dichas herramientas. 

Podríamos crear filtros llevados a su máxima potencia. De las fotos poco reales a los ingenios cada vez más reales. Si hoy día hay debates sobre el retoque de determinadas fotografías que no es posible que sean reales pero lo parecen, ¿Qué pasaría si ese retoque lo hiciese la misma máquina que genera la imagen original/real? Al hablar de inteligencia artificial siempre se llega al mismo punto, ese que incita al debate ético y de futuros posibles o inciertos. Ya sean los más catastrofistas o los triunfalistas, lo único cierto aquí es que no hay certeza posible aún.

Podríamos desembocar en unas redes de pura “mentira”. Una versión inventada de todo lo que podemos ser o imaginar. ¿Pero no son eso ya? Una evolución de un espacio dónde relacionarse, pero sin tener el mundo real como base de todo. Sea como sea, a priori parece interesante a nivel reflexivo. Porque el siguiente paso es pensar si ese espacio lo gestiona la inteligencia artificial, ¿qué lugar ocupamos nosotros exactamente?

5. Quedará espacio para los humanos

Existe un denominador común a todas las inteligencias artificiales que están saliendo: necesitan de instrucciones precisas por parte de un humano. Al menos como desencadenante.

Algunas de estas aplicaciones ya están disponibles y en uso, de forma que el cambio ya ha comenzado. Otras son solo suposiciones o intenciones, pero ¿por qué no? Se abre ahora un abanico de posibilidades enormes que tendremos que esperar a descubrir y disfrutar. ¿Pero será ese el único lugar que nos está reservado? ¿el de observadores de la nueva realidad, más virtual que real? Puede que no. 

En todas las revoluciones industriales a lo largo del tiempo hemos pensado que se abocaba un poco a nuestro final. Y en cierto modo lo era, el final de determinadas técnicas o forma de hacer las cosas. Pero nunca fue un final, sino un escalón más para seguir creciendo. Un cambio que supone transformar nuestra forma de vida y que hace ineludiblemente que avancemos hacia lo siguiente. 

Así que, más que verlo como abocados al final, estaremos expectantes por ver con qué continúa todo este avance. Y cual es el siguiente reto y cómo nos transformará.

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